Es cierto que los editores, normalmente, vamos saturados de trabajo. Que esto suceda es buena señal porque significa que la editorial tiene seguidores y la gente confía en ella. Pero, ¿qué ocurre con los trabajos que recibimos?

Cuando recibimos un manuscrito intentamos darle la importancia que tiene: TODA. Pero, a veces, por falta de tiempo nos vemos obligados a relegar lecturas que nos apetecen. Hablaré del caso Cazador de ratas.

Yo soy personalmente la que leía todo lo que llegaba a nuestro mail. Desde hace un par de meses, cuento con una lectora voraz y con criterio que hace una primera criba siguiendo mis instrucciones. No os asustéis, las grandes editoriales también trabajan así. Sin ir más lejos, yo fui lectora para Plaza & Janés, oficio que me ayudó mucho. Cuando la lectora me dice que le parece interesante, entonces, yo leo el manuscrito y decido. Insisto, así funcionan también las grandes. Algunos de esos manuscritos, ya sea porque los he pedido yo personalmente, ya sea porque llegan a través de alguien en el que tengo confianza, pasan por mis manos directamente.

¿Qué pasa cuando lees un manuscrito? 

Cuando lees un manuscrito y te gusta el fondo, el estilo, el tema, el tratamiento de los personajes, etc…, puede pasar:

a) te pones en contacto con el escritor/a para comunicarle que estás interesado. Ni imagináis la de veces que los escritores dicen: “Estoy esperando que me conteste la editorial ACME (la mayor de este país), pero si ellos no la quieren es tuya”. En realidad, este tipo de respuestas lo que están transmitiendo es un mensaje peyorativo para la editorial que ya te ha dicho que quiere tu manuscrito. Esto puede hacer que el manuscrito salga de tu lista de “queribles” inmediatamente.

b) te pones en contacto con el escrito/a y llegáis a un acuerdo. Entonces vuelven a pasar una serie de cosas:

  1. Comienza el trabajo de edición. El editor, no es alguien que publica libros, sino que los lee, busca mejorarlos, y llega a consensos con el escritor/a. Editar es leer con atención el manuscrito, buscar incoherencias dentro de este, errores gramaticales, de línea argumental, cambios de registros que el autor ha pasado por alto, repeticiones… Hecho esto, se le manda al autor/a para que dé el visto bueno, y se dialoga.
  2. Una vez pasado el primer punto, el libro sale a una correctora profesional, que busca errores ortotipográficos y, si la editorial lo ve conveniente, de estilo. El manuscrito vuelve a manos de quien lo ha escrito para que dé el visto bueno (por cierto, dar el visto bueno significa aceptar en el manuscrito los cambios. Por Dios, no devolváis los libros diciendo: “Estoy de acuerdo en todo”, pero no desmarcáis los cambios en el texto.
  3. Comienza el trabajo de maquetación que debe ser exhaustivo y siempre sigue unos parámetros que ha fijado la editorial para dar unidad a su línea.
  4. La maqueta vuelve al autor/a para que dé su último “ok”.
  5. El trabajo con el portadista, en nuestro caso, siempre implica al autor porque creemos que si él/ella no se enamora de su libro no lo va a defender de la misma manera.

Pero, ¿por qué un editor/a dice “no” a un manuscrito?

  • Pueden darse varias cosas:
  1. El manuscrito no tiene los parámetros de calidad que busca la editorial. Ojo, esto no quiere decir forzosamente que el libro sea “malo”. El trabajo del editor/a es un trabajo solitario y los parámetros que marca son subjetivos.
  2. El manuscrito no entra dentro de la línea editorial. Como os dije, tenéis que saber qué hace (publica) la editorial a la que mandáis algo.
  3. El cronograma está cerrado y no os apetece esperar.
  4. El editor/a se equivoca. Sí, SE EQUIVOCA. Porque detrás del profesional hay una persona que puede equivocarse. Si pienso en los editores/as que se negaron a publicar a la Rowling puede ver a algunos pegándose cabezazos contra la pared.
  5. Una editorial es una empresa y puedes ver que el escritor/a no está dispuesto a implicarse en la promoción del libro. El libro es buenísimo, pero no lo ves mercado. Eso también puede hacer que el editor no se decida. Recuerdo cuando trabajaba para Plaza que una de las premisas era esa: que sea vendible. Obviamente, nunca sabes qué va a vender, porque seríamos ricos todos, pero sí intuyes lo que difícilmente va a hacerlo.

¿Qué hago si la respuesta es negativa?

Puede que ese manuscrito no encaje en esa editorial por las razones que hemos dicho. Pero intentad que:

  • Os lea alguien con criterio lector. Nunca se lo deis solo a un amigo/a, sino a alguien que lea mucho en quien confiéis y que no tenga miedo a ser hasta cruel a la hora de corregir.
  • No os rindáis. Puede que ese manuscrito no entre en esa editorial, pero eso no quiere decir que no valga.
  • Si son muchas las editoriales que se niegan, guardarlos en un cajón y retomadlo dentro de unos meses. Veréis como vosotros mismos veis dónde están los fallos y que se puede mejorar (todo es mejorable en esta vida)
  • Si amáis escribir, seguid escribiendo que un NO, no pueda más que vuestro amor por las letras.
  • Leed mucho, imitad al principio, no pasa nada por hacerlo. Poco a poco vais a ir encontrando vuestra propia voz.
  • Nunca es tarde. Hay escritores de éxito que empezaron a publicar con 60 años y ahora son bestsellers. Incluso hay un Premio Nobel que comenzó a escribir con 45 años. Como decía Fernando Quiñones: “La literatura es una carrera de fondo”.
  • Creed en vosotros, no tiréis la toalla y tened paciencia.

Los editores/as también nos equivocamos.

Os voy a contar un caso real que nos pasó en Cazador de ratas. Alicia de Miguel Aguerralde llegó a mis manos en un momento en el que yo estaba muy cansada. Comencé a leerlo y mi respuesta fue: “Miguel, no lo veo en la editorial”. Con el paso del tiempo me venían pequeños fogonazos de una historia que yo había leído y pensaba: “Qué bueno era esto”. Estuve así unos diez días hasta que me di cuenta de que todas las escenas pertenecían a la novela de Miguel. Me puse en contacto con él, le pregunté si la novela seguía libre y me dijo que sí, que no la había mandado a otra editorial todavía. Le pedí que me dejara una semana para releerla y a la semana le llamé y le dije: “Espero que sepas perdonarme. Me equivoqué. Leí la novela en un momento en el que estaba agotada, pero la quiero”.

Alicia ha ganado el Premio Ultratumba 2016 a la mejor novela de género. Premio que conceden los lectores, que, para nosotros, son lo más importante.

Sí, ME EQUIVOQUÉ. Mi primera valoración la hizo el cansancio y erré a la hora de tomar una decisión. Por suerte, esa vez, pude rectificar a tiempo, pero quién sabe las veces que me habré equivocado. Por supuesto, no vivo pensando en eso, sino en el acierto de todos los títulos que tenemos. Si una novela que ha pasado por mis manos, de pronto, triunfara me alegraría profundamente, pero también pensaría: “¿Cómo no lo vi?”. Pues, precisamente, porque soy humana.

 

 

 

Si queréis seguir aprendiendo del proceso de escritura y del mundo editorial os seguimos recomendando el blog de Gabriella Campbell http://www.gabriellaliteraria.com/

 

 

 

Cuando un editor dice “No”.
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2 pensamientos en “Cuando un editor dice “No”.

  • 27 agosto, 2017 a las 7:26 am
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    Me ha encantado tu artículo, lo cierto es que los “NO” desaniman muchísimo y quizá hasta lo tomemos como algo personal porque duelen un poquito, allá en el rinconcito del ego, je je je, pero como bien has apuntado esto es una carrera de fondo, no de velocidad y el trabajo debe continuar siempre. Un saludo

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  • 7 septiembre, 2017 a las 7:57 pm
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    Amigo del mundo literario, soñador y amante de la locura, así me podría describir…
    Gracias por el artículo y por dar forma a tantos sueños. Tal vez algún día nos conozcamos.
    Bye bye

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